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HENDAYA

 

LA ENTREVISTA FRANCO-HITLER EN HENDAYA

 

 

 

 

 

   

     Han transcurrido ya 55 años desde la decisiva conferencia de Hendaya celebrada entre el Führer del III Reich Alemán, Adolf Hitler, entonces en la cumbre de su poder y prácticamente dueño de la Europa continental, y  el Generalísimo Franco, Jefe del Estado de una España destruida tras tres años de cruenta guerra civil. Tras la ayuda alemana al bando de Franco en la guerra española y  la posterior derrota de Polonia, Bélgica, Holanda, Grecia y Francia en sucesivas y fulgurantes campañas "relámpago" a cargo de la Wehrmacht, en aquel momento, octubre de 1940, ambos líderes, aunque el mundo los veía como seguros aliados, tenían intereses contrapuestos:       

 

Hitler deseaba la incorporación de España a la contienda para controlar el estrecho de Gibraltar y con él, el Mediterráneo occidental, sumando además a las fuerzas del Eje al aguerrido y entrenado Ejército español que, dotado con el moderno material alemán, hubiera inclinado decisivamente las operaciones en el Norte de Africa, derrotando a las fuerzas británicas que ocupaban la actual Libia y asegurando la ocupación de Egipto y el posterior avance hacia el valioso y vital petróleo del Próximo Oriente. Todo ello, junto a la utilización  de las Islas Canarias como base de submarinos en el Atlántico Central, hubiera debilitado fuertemente la posición estratégica del  Reino Unido, entonces prácticamente solo y aislado en su  lucha contra el poderoso Reich alemán y sus aliados. Con estas circunstancias, no es difícil deducir que la guerra podría haber tenido un final muy diferente al que conocemos.     
Franco,  por su parte, a pesar de las presiones y consejos que para sumarse al carro de los entonces seguros vencedores y así obtener para España sustanciosas recompensas territoriales, políticas y económicas, había llegado a la conclusión de que España no estaba preparada para la entrada en el conflicto, tras los sufrimientos humanos y destrozos en  la agricultura e industria producidos por la guerra civil y menos aún para soportar una larga situación de guerra, cuyo final, en su acertado análisis del gran estratega que fue, el Generalísimo no veía tan  claro como los entusiastas que le instaban a entrar en el conflicto, entre los que se incluían varios influyentes ministros. 

 

    Así, en  una actitud de dureza ante la potencia dominante insólita en la reciente historia de España ( al contrario que Carlos IV y Godoy, quienes cedieron blandamente cuando Napoleón les presionó para el mismo fin, con las conocidas desastrosas consecuencias para nuestro país) Franco dio la talla como prudente gobernante y gran estadista y, ateniéndose únicamente a los intereses españoles, se mantuvo firme ante las presiones del todopoderoso líder nazi, salvando así a España de una guerra que acabó asolando prácticamente toda Europa, produciendo terribles sufrimientos en las poblaciones civiles y catastróficos daños en las infraestructuras e industrias  de todos los contendientes.

     En el contexto arriba descrito, y con varias Divisiones alemanas estacionadas junto a la frontera franco-española,  tuvo lugar la famosa entrevista de Hendaya  entre ambos líderes. Ante las  tergiversaciones de algunos historiadores, y en nuestra labor de defensa de la verdad,  traemos aquí dos importantes documentos sobre el asunto:  el primero, con el testimonio de un testigo presencial en el histórico encuentro y el segundo con un análisis de las difíciles relaciones hispano-germanas después de la entrevista y las consecuencias que tuvo sobre la posterior marcha de la guerra, a cargo de un historiador francés poco sospechoso de parcialidad hacia Franco y su régimen:

  Reproducimos en primer lugar el documento auténtico que recoge paso a paso la entrevista de Hendaya: las anotaciones a la conferencia entre el Führer y el Generalísimo fueron realizadas por el barón De las Torres, que actuó en ella como intérprete de alemán por parte española. Dado el interés historiográfico del documento, lo transcribimos íntegramente, tal y como fue redactado por don Luis Álvarez de Estrada y Luque, tres días después de celebrada la cita, y posteriormente publicada en el diario  ABC: